Se trata de una práctica estática, profunda y meditativa en la que las posturas se mantienen de 2 a 5 minutos. El Yin yoga se basa en la Medicina Tradicional China y estimula y canaliza la energía Chi, energía vital. Una disciplina ideal para trabajar a nivel físico profundamente la flexibilidad, llegando a tejidos a los que otras dinámicas no llegan; la fascia, los ligamentos y los tendones.